Blog personal en el que se recogen microrrelatos, comentarios, reflexiones , dibujos y otros "caprichos del ego"
viernes, 19 de febrero de 2016
domingo, 14 de febrero de 2016
Román, filósofo rural.
Cuando yo era
chico, casi toda la gente del pueblo
sabía leer y escribir, aunque algunos hubieran ido muy poco tiempo a la
escuela.
Y los hortigüelenses hablaban muy bien, al
menos eso decían los forasteros cuando venían a Hortigüelos. Los que vivíamos
siempre allí no lo notábamos pero Mariano que venía de vacaciones, el cobrador
de la contribución o el veterinario que venía desde el pueblo de al lado,
atravesando el río por el puente, y andaba con su caballo por los pueblos de la
zona, decían que los de Hortigüelos, además de pronunciar muy bien las palabras, las utilizábamos con mucha propiedad y componíamos muy bien las frases.
Yo lo de las "palabras con mucha
propiedad" no entendía que quería decir, hasta que me lo explicó Mariano y,
cuando terminó de explicármelo, para que yo me diera más cuenta, me dijo:- Fíjate como habla y las cosas que dice el señor Román que casi tiene noventa
años y debió de ir a la escuela, como el
otro que dice, cuatro días, porque desde chico lo empandillaron con las ovejas
y con ellas ha andado más de media vida. Y me fijaba, claro que me fijaba, porque el
señor Román se prestaba a hablar con todo el mundo y lo hacía hasta con
los muchachos chicos como yo y es verdad que siempre decía cosas como de
mucho pensar y con mucho fundamento.
Decía que
teníamos que volver a nacer, a ver si la vez siguiente errábamos menos, porque
él se había equivocado tantas veces al
tomar decisiones importantes en su vida que hasta para morirse , que era ya lo
más importante que le quedaba por hacer,
seguro que también se equivocaría y moriría en el día, hora y lugar que
no tocaba.
También decía
que cuando las personas hacemos alguna maldad o
daño a alguien, casi siempre, es por miedo o por ignorancia y, luego, lo
explicaba con ejemplos muy bien
pronunciados y contados. Y añadía que él, seguro que le habría hecho daño
a alguien a lo largo de su vida y que por eso tendría que pedir perdón, aunque
no recordaba haberlo hecho queriendo.
Repetía muchas
veces que las cosas y las personas no siempre son como parecen y que por eso
hay que ir con tiento y no confiarse sólo en lo que dice una parte; tal como se
necesitan los dos pies para dar un solo paso, igual hay que escuchar a las dos
partes antes de tomar partido.
Así decía tantas cosas que por ello Mariano lo
llamaba filósofo rural, sabio de pueblo y cosas así…
Claro que yo
le preguntaba, tal y como le había oído a Marita, que cómo podía ser sabio aquel hombre tan
llano y cercano sin haber ido a la escuela ni a la universidad?
Mariano me
decía que la sabiduría es llana, humilde y cercana y se adquiere oyendo lo que
te va diciendo y enseñando la vida y que no es lo mismo ser sabio que erudito,
que a veces confundimos una cosa con otra; esto de erudito me quedó pasmado
hasta que continuó explicando que erudito era el que aprendía muchos datos y
adquiría muchos conocimientos a base de estudiar, ir a clases e investigar en
los libros y, claro, los eruditos sí que han ido a la escuela y a la
universidad.
El señor Román
además de sabio y a lo mejor por eso, era
una persona de reconocida bonhomía entre la gente de Hortigüelos.
Agustín Hdez. Hdez.
martes, 2 de febrero de 2016
Algunos Apuntes
El apunte en dibujo es un ejercicio muy práctico y útil para conseguir un boceto rápido, sin detalles, y acabarlo con calma en el estudio o aplicarlo a una obra que estés realizando o vayas a realizar.
Además :
Como práctica de entrenamiento y aprendizaje aporta soltura, rapidez, encuadre de proporciones, enmarque de formas y volúmenes y aprender a mirar.
Por supuesto es un placer, para el amante del dibujo, captar líneas, volúmenes e imágenes en pocos minutos, inacabadas, aunque suficientes para intuir las formas que serán perfeccionadas más tarde.
Los apuntes que os presento están hechos en un estudio de dibujo con modelo al natural. Son realizados en poses de cinco a siete minutos .
Los modelos son profesionales que se dedican a posar, generalmente con muy buen sentido artístico y anatómico.
Dibujando con carbón o barras de color se consigue sombrear directamente y con gran rapidez.
Entre los que os muestro los hay con barras de sanguina, con carbón, pastel, lápiz, acuarela...
Además :
Como práctica de entrenamiento y aprendizaje aporta soltura, rapidez, encuadre de proporciones, enmarque de formas y volúmenes y aprender a mirar.
Por supuesto es un placer, para el amante del dibujo, captar líneas, volúmenes e imágenes en pocos minutos, inacabadas, aunque suficientes para intuir las formas que serán perfeccionadas más tarde.
Los apuntes que os presento están hechos en un estudio de dibujo con modelo al natural. Son realizados en poses de cinco a siete minutos .
Los modelos son profesionales que se dedican a posar, generalmente con muy buen sentido artístico y anatómico.
Dibujando con carbón o barras de color se consigue sombrear directamente y con gran rapidez.
Entre los que os muestro los hay con barras de sanguina, con carbón, pastel, lápiz, acuarela...
Apuntes: Agustín Hernández Hdez.
sábado, 30 de enero de 2016
Berna
A casi todos
los muchachos de Hortigüelos les llamábamos con su nombre en diminutivo; por
eso a Sabino todos le llamábamos Sabi.
Sabi decía que
el más bruto del pueblo era Berna. A lo mejor tenía razón porque Berna era muy
bruto y se ponía rabioso por todo. De chico, en la escuela, nos mordía y, jugando, él siempre quería ser
caballo y hacía los movimientos de trote y galope y relinchos igualito que los
caballos.
Si no hacías lo que él quería se enfadaba
y cuando le llevabas la contraria y ya no sabía que contestarte te amenazaba
con palabrotas y te empujaba hasta que te amilanaba; a Berna sólo lo amilanaba
Carlos Chaveta.
Cuando jugábamos a los aros, Berna tenía que
ir el primero y todos teníamos que seguirle, si jugábamos a la perilla y le
tocaba a él nos asustaba a todos porque daba los correonazos con el cinturón
por la parte de la hebilla y hacía mucho daño. Si el juego era a la peonza, él
tenía la más grande, de encina y con un herrón muy fuerte que le hacía el
herrero de Hortigüelos, con el que nos rachaba las peonzas de los demás.
Para empezar a jugar al balón
echaban a pies Berna y El Chaveta que eran los más grandes y los que mandaban y
nos iban escogiendo. Berna siempre escogía
a Ramón y a Frigi de los primeros porque eran los que siempre iban con
él y le reían las gracias cuando hacía burradas. Normalmente quedaba Sabi el último,
sin que nadie lo escogiera y se decían uno a otro: “este pa ti”, y lo ponían de
portero hasta que le metían el primer gol; entonces le decían: -“ ¡tu quítate
de ahí, que no vales pa ná!” y ponían a otro, al que también quitaban al
siguiente gol. Que Berna era muy bruto lo sabían bien todos los perros de
Hortigüelos que en cuanto lo olían o veían corrían asustados, ladrando, como
alma que lleva el diablo, por las veces que les había dado canina a pedradas o
con palos, cerrándoles el paso en las calles, hasta que, asustados, los pobres
perros saltaban por encima de los que les azuzaban.
Cuando su padre lo mandaba a
llevar los burros, él quería dirigirlos dándoles palos en la cabeza y los
burros se resabiaban, se volvían asustadizos y te podían caer.
Tampoco respetaba los nidos de
los pájaros y a veces los estropeaba cuando no podía cogerles los huevos o las
crías.
Al cumplir
once años se fue a estudiar a Segovia para labrarse un futuro y allí no sabemos
si era igual que en Hortigüelos donde siguió siendo bruto hasta los 18 años cuando
murió su madre. Entonces todos decíamos : -“pobre Berna, ¡con lo buena que era
su madre…!”. El lloraba y las mujeres decían
que Berna era muy humano. En aquel tiempo las mujeres debían de ser más humanas
que los hombres porque se las veía llorar más veces. Andresín decía que si
llorabas la gente te quería más porque veía que eras débil y así te
compadecían.
La cosa
es que, desde entonces, Berna se hizo más bueno porque la gente le quería y
todos decían:- “pobre Berna”. Claro que Andresín
también
decía que si para ser bueno y que te quieran se tiene que morir alguien
pues a lo mejor es preferible seguir
siendo bruto.
Ya de mayores
nos hemos dicho que tal vez Sabi decía que Berna era el más bruto del pueblo
porque Sabi era distinto a nosotros: le gustaba mucho leer, no jugaba bien al
balón, no daba canina a los perros ,….. y Berna le llamaba mariquita y cosas
así.
Sabino
ejerce como aparejador desde que empezó a trabajar a los 23 años, ahora dice
que es arquitecto técnico, y Bernabé lleva trabajando con él desde hace treinta
años, unas veces de encargado de obra, otras en la oficina de la constructora
que tuvo Sabino, otras promoviendo
nuevas construcciones y ahora
restaurando y alquilando apartamentos en edificios con solera del centro de
Valladolid
Vienen a
Hortigüelos en Semana Santa y en Agosto. Todos sabemos que son dos tipos
estupendos; se ríen en el bar diciendo que no saben cómo a estas alturas son personas normales.
Agustín
Hernández Hernández
martes, 26 de enero de 2016
sábado, 23 de enero de 2016
viernes, 22 de enero de 2016
Las gafas de Mariamandiles
Vendía unas gafas Maríamandiles que
costaban un real, tenían la montura de cartón de colores o blanco y unos
papeles de celofán tintado que hacían la
vez de cristales, con ellas veíamos el cachito de mundo de Puerto Seguro en San
Antonio, con un tinte monocromático. La fiesta podía ser roja, verde, azul o
anaranjada según el color de nuestro “cristal”.
Digo veíamos,
pero en realidad veíamos poco y mal con aquellas gafas. Las utilizábamos más para ser vistos
que para ver, más para que nos miraran que para mirar, entretanto oíamos con satisfacción los piropos que nos
echaban nuestros mayores: (¡Oii que guapo estás!, ¡Qué bien te sientan! o ¡Que
interesante!.
Desde
entonces, algunos nos quedamos colgados del color y vemos el mundo color de rosa en los momentos de optimismo,
en otros con el verde de la esperanza,
con el rojo de la pasión, el azul de la nobleza o tenemos la tendencia a verlo
todo negro en nuestros peores momentos.
Las gafas de
Mariamandiles eran la versión infantil y pobre de las que llevan ahora, para esconder su mirada o para atraer la atención, los personajes
adultos que entran en locales nocturnos
u oscuros con las gafas de sol; ellos no ven nada, ni falta que les hace, su
mayor satisfacción reside en ser mirados.
El color del
celofán, del cristal, es la metáfora de los prejuicios con los que vemos a los
demás. Todos seguimos con nuestro color pegado a la retina. Si pudiéramos quitarnos
el celofán, nuestra visión sería más limpia y real, nos ayudaríamos a ver a las
personas más justamente, sin aventurarnos en creencias y afirmaciones o
negaciones previas. Sin celofán no afirmaríamos conocer los entresijos de
nadie, porque el celofán es lo que nos hace ver verde, rojo o amarillo lo que
no es tal, no podemos conocer a nadie si no podemos desprendernos del color del
cristal con que miramos. Tampoco nadie
se llega a conocer a si mismo aunque haya transcurrido toda una vida (¡como
para conocerle los demás con la visión tamizada por nuestro cristal coloreado!).
"En este mundo traidor/nada es
verdad ni mentira/todo es según el color/del cristal con que se mira"*.
*Ramón Campoamor en Humoradas:
jueves, 14 de enero de 2016
Escultura
Os iré también mostrando mis esculturas con las que disfruto mucho.
Esta está inspirada en la creación de Adán, pintura del gran Miguel Angel que se encuentra en la Capilla Sixtina del Vaticano.
Lo del brazo roto no significa nada intencional, aunque puede dar mucho juego para hacer "literatura" en cuanto a simbología sobre la imperfección del hombre u otras "genialidades y caprichos de artista" ; sencillamente se me partió y consideré que el resto del trabajo merecía la pena conservarse.
Escultura de Agustín Hdez. 48X26 Fotografias de Sergi Valdivieso
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