viernes, 22 de enero de 2016

Las gafas de Mariamandiles

  
Vendía unas gafas Maríamandiles que costaban un real, tenían la montura de cartón de colores o blanco y unos papeles de celofán tintado  que hacían la vez de cristales, con ellas veíamos el cachito de mundo de Puerto Seguro en San Antonio, con un tinte monocromático. La fiesta podía ser roja, verde, azul o anaranjada según el color de nuestro “cristal”.
Digo veíamos, pero en realidad veíamos poco y mal con aquellas  gafas. Las utilizábamos más para ser vistos que para ver, más para que nos miraran que para mirar, entretanto  oíamos con satisfacción los piropos que nos echaban nuestros mayores: (¡Oii que guapo estás!, ¡Qué bien te sientan! o ¡Que interesante!.
Desde entonces, algunos nos quedamos colgados del color y vemos el mundo  color de rosa en los momentos de optimismo, en  otros con el verde de la esperanza, con el rojo de la pasión, el azul de la nobleza o tenemos la tendencia a verlo todo negro en nuestros peores momentos.
Las gafas de Mariamandiles eran la versión infantil y pobre de las que llevan ahora,  para esconder su mirada o   para atraer la atención, los personajes adultos  que entran en locales nocturnos u oscuros con las gafas de sol; ellos no ven nada, ni falta que les hace, su mayor satisfacción reside en ser mirados.
El color del celofán, del cristal, es la metáfora de los prejuicios con los que vemos a los demás. Todos seguimos con nuestro color pegado a la retina. Si pudiéramos quitarnos el celofán, nuestra visión sería más limpia y real, nos ayudaríamos a ver a las personas más justamente, sin aventurarnos en creencias y afirmaciones o negaciones previas. Sin celofán no afirmaríamos conocer los entresijos de nadie, porque el celofán es lo que nos hace ver verde, rojo o amarillo lo que no es tal, no podemos conocer a nadie si no podemos desprendernos del color del cristal  con que miramos. Tampoco nadie se llega a conocer a si mismo aunque haya transcurrido toda una vida (¡como para conocerle los demás con la visión tamizada por nuestro cristal  coloreado!).

"En este mundo traidor/nada es verdad ni mentira/todo es según el color/del cristal con que se mira"*.

*Ramón Campoamor en Humoradas:
     
     

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